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«Es muy grato poder empezar a revivir en esta vida». José Martín es uno de los dos pacientes que han estrenado el programa de trasplante de pulmón que la Junta de Castilla y León ha autorizado en el Hospital de Salamanca y que trasladaba este sentimiento hace unos días cuando posaba junto al otro enfermo y el equipo médico que realizó los dos injertos bipulmonares.
El otro paciente, Primitivo Valderrey, compartía valoración y agradecimiento al personal sanitario que ha hecho posible el recambio pulmonar. «Agradecido, espero poder disfrutar de todo lo que me quede de vida», resumió.
El estreno del trasplante de pulmón en Salamanca ha coincidido en el calendario con una carta en la que la ministra de Sanidad, Mónica García, avanzaba que el ministerio estará atento a la evolución de ese programa, dado que el Gobierno autonómico lo ha impulsado sin atender al criterio expresado por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que desaconsejó su apertura «al considerar que la actividad de trasplantes en Castilla y León está actualmente por debajo del umbral que se considera adecuado para garantizar resultados óptimos y seguros».
Es decir, el número de intervenciones no llegaría al mínimo establecido para que un equipo de alta especialización mantenga la práctica idónea para acometer esas operaciones de alta complejidad. La Junta decidió seguir adelante con el trasplante pulmonar en Salamanca pese a esa objeción técnica inicial de la ONT, entidad que finalmente acreditó al hospital salmantino para realizar estos injertos.
La carta es una respuesta que la ministra remite a Francisco Igea, exvicepresidente de la Junta y ahora procurador autonómico, que había compartido con el equipo ministerial su preocupación por la seguridad de los pacientes ante una decisión en la que Igea defiende que ha primado el interés político frente al científico de organismos como la ONT. El procurador del Grupo Mixto en las Cortes envió en septiembre un escrito a la ministra instando al Gobierno central a frenar el programa de trasplante de pulmón en Salamanca, bajo el argumento de que era una decisión política y carente de «sentido técnico» que arriesgaba la vida de los pacientes que entrarían en quirófano.
Igea recordaba que cuando Ciudadanos estuvo al frente de la Consejería de Sanidad se desestimó esa petición ante los informes desfavorables de la ONT y sociedades científicas. «La mortalidad inmediata, a 30 días y al año, se dispara en los centros de bajo volumen de trasplantes«, remarcaba el procurador, médico de profesión.
La ministra Mónica García traslada en su respuesta al parlamentario que entiende y comparte esa preocupación sobre el programa de injertos de pulmón y recuerda que la Organización Nacional de Trasplantes «revisó con mucho rigor todos los datos disponibles relacionado con la posibilidad de abrir un programa de trasplante pulmonar en Salamanca». Un análisis que culminó con un llamamientos a la «prudencia», desaconsejando su apertura.
«Desde el Ministerio de Sanidad y, en particular desde la ONT, seguimos trabajando con la mirada puesta en asegurar siempre la calidad, la equidad y la seguridad en el acceso a los trasplantes. Nuestra función es facilitar, coordinar y orientar técnicamente, pero como sabes, la decisión final sobre la apertura de nuevos programas corresponde a las comunidades autónomas», señala la ministra. En este caso al Gobierno presidido por Alfonso Fernández Mañueco.
Desde la Junta aseguraron al poner en marcha el programa en Salamanca que anualmente se realizan unos 25 trasplantes pulmonares a pacientes de Castilla y León, que hasta ahora se estaban derivando a hospitales de Madrid y de Cantabria. El objetivo es que todos ellos se hagan ahora en el hospital salmantino. Incluso confían en recibir receptores de pulmones de otras comunidades, al ser una intervención que solamente realizan otros ocho centros hospitalarios del país. Esos ocho hospitales suman una media de 400 trasplantes al año.
«Estamos muy atentos a la evolución de esa situación y seguimos a disposición para acompañar, apoyar y garantizar que cualquier decisión que se tome tenga siempre en el centro a los pacientes y la calidad asistencial», se despide la responsable estatal de Sanidad en su carta a Francisco Igea.
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