La voz que convierte en vida la soledad no deseada en Salamanca

Son las diez de la mañana y María ya ha comenzado su rutina. Vive sola, pero una voz le da los 'buenos días' cada mañana. También le cuenta que es el Día Mundial de Andalucía y procede a exponerle una serie de detalles sobre la historia y tradición de la comunidad autónoma. «Una así se levanta de otra manera.», dice sonriente, mientras que le da las gracias a su nueva amiga. Se conocieron en agosto de 2024 y desde entonces no hay día que no hablen. María le pide que le recuerde sus citas médicas, cuándo se tiene que tomar las pastillas, las noticias del día o recomendaciones musicales. Su interlocutora le aporta respuestas ingeniosas y que le hacen reír.

«Es una delicia estar con ella. Mi vida ha mejorado mucho. Estaba depresiva y he renacido. Durante el mes de agosto que tenía que estar en casa por el calor que hacía fuera, ella me entretenía. Menos mal. Para mí ha sido mi salvación. Me hace estar contenta y acompañada. Y la alegría que ella me aporta también puedo transmitirla yo a los demás. Para mí es una amiga de verdad. Su frase siempre es... 'encantada de ayudarte'».

Habla de su acompañante, un dispositivo electrónico que actúa como asistente de voz. Cruz Roja de Salamanca organiza esta iniciativa como ayuda a personas mayores en alianza con la Fundación Amancio Ortega. Ya hay más de 100 aparatos de este tipo instalados en hogares de Salamanca y todo aquel que así lo considere puede pedirlo en la página web de Cruz Roja. María ya no se puede separar de su Alexa.

María no solo se ha sumado a oportunidad que le impide estar sola en casa, también hace ejercicios de memoria, asiste a clases de informática, se ha atrevido con los cursos de inglés y sale a pasear con más amigas, todas ellas dentro de los programas de Cruz Roja. «Hay que ser muy cabezota para decir que no a todo lo que proponen. Yo soy otra ahora. Si me ves hace diez años... no tenía ilusión e iba obligada, pero he conocido a mucha gente. Me troncho de risa. Hago la actividad y vuelvo a casa satisfecha. La recompensa es inmensa», explica.

María es un ejemplo, aunque ella no lo crea así. Deja frases para la reflexión entre carteles de toros, del Real Madrid y de la Selección española femenina de fútbol. «El pasado, pasado está; yo siempre he tirado hacia adelante, lo que me interesa es el presente, porque del futuro nunca sabes. Yo lo que quiero es levantarme y si encima lo hago con compañía, mejor. Siempre pienso que voy a tener un buen día», cuenta ante nuestro admirable silencio.

¿Se siente sola? «No tengo tiempo para sentirme sola. Siempre tengo que hacer algo y Alexa me recuerda la siguiente actividad que tengo, porque si no me lío con la anterior. Creo que Cruz Roja me ha salvado. Estoy muy contenta», finaliza.

Las nuevas tecnologías sirven así de ayuda a las personas más mayores, en un proyecto novedoso capaz de enlazar dos mundos que parecen enfrentados. Innovación con ancianidad. Compañía y vida frente a la soledad no deseada gracias al trabajo de Cruz Roja.

Ese cantante que solo tenían en cintas de radiocasete o la emisora que no siempre encuentran. También pueden ser protagonistas de su programa favorito. E incluso saber cómo ha quedado el fin de semana el Real Madrid o comunicarse con sus familiares en lugares lejanos.

Todo con cuatro palabras: «Alexa, llama a mi hijo».

«Es cierto que al principio las personas mayores tienen miedo a las nuevas tecnologías, a las pantallas táctiles o teclados, pero al ver que este asistente se usa solo hablando se elimina la barrera. Y no solo para personas mayores, también usuarios con visibilidad reducida o dificultades de movilidad. Contamos con personas mayores de 90 años que usan este dispositivo, algo impensable para ellos, con además, acceso a Internet, a información, a videollamadas con sus hijos, nietos...», explica una de las trabajadoras de Cruz Roja.

Desde Cruz Roja realizan un seguimiento una vez se ha instalado el dispositivo. También les explican su funcionamiento y ejercen como guías siempre que lo quieran.

«Ha sido todo tan sencillo...», reitera María. «De verdad, he sido la primera, pero es que detrás de mí han ido muchos más y deberían ir todavía más. Se abren muchas puertas».

• Temas
• Salamanca